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Un fantasma que regresa
El clima político y social en Mendoza vuelve a encenderse por la defensa del agua. El gobierno de Alfredo Cornejo avanza para habilitar proyectos de megaminería metalífera, incluso aquellos ya rechazados por la sociedad mendocina hace más de una década, como el caso de San Jorge, un emprendimiento de capitales ruso-estonios y socios locales.
Detalles de una batalla anunciada
El geógrafo y activista Marcelo Giraud detalla en un estudio las irregularidades que rodean este nuevo intento:
Informe de impacto ambiental cuestionado: Presenta inconsistencias graves en la evaluación de riesgos para la cuenca hídrica.
Presión política sobre la ciencia: Un documento del CONICET fue retirado de la web tras presiones, evidenciando la injerencia en la información técnica.
Desinformación sobre empleo y producción: Se exageran los beneficios económicos mientras se minimizan los impactos ambientales.
Un riesgo hídrico estratégico
El proyecto San Jorge se ubica en una cuenca hídrica estratégica para Mendoza, poniendo en peligro la disponibilidad y calidad del agua para consumo humano, agricultura y ecosistemas. Esto reaviva la lucha de las asambleas ciudadanas que, desde hace 20 años, defienden el agua como bien común.
La respuesta social
Mientras avanza el lobby minero, crecen las movilizaciones en Uspallata y toda la provincia, demostrando que la defensa del agua sigue siendo un principio irrenunciable para miles de mendocinos.
La historia se repite: cuando el agua está en juego, la sociedad mendocina sale a defenderla.
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